Me he pasado gran parte de mi vida sintiendo culpa, vergüenza, falta de foco y claridad, sin poder poner límites a nada ni nadie, pidiendo disculpas, huyendo, viviendo desconectada de mi cuerpo y mis emociones… castigándome una y otra vez por lo que consideraba errores. Y todo esto incluso si la otra persona me había hecho a mí algo doloroso.
Ha sido un largo, profundo e intenso viaje el que me ha llevado al momento en el que estoy ahora. Un momento en el que puedo decir alto y claro: «¡Se acabó! !Soy, quiero ser y siempre seré una desvergonzada!»
Basta de ocultarme, basta de vivir en la sombra, basta de rechazar mi cuerpo, basta de disculparme constantemente, basta de tener vergüenza de mi voz, basta de valorar más las opiniones de los demás, basta de rechazar mi sombra…basta de tratar de encajar a costa de mi propia salud y mi equilibrio mental.
Y me encantaría que vosotras también podáis llegar a decir y sentir con orgullo: «Yo también soy una desvergonzada»