Mereces vivir una vida extraordinaria
Y yo descubrí que una vida extraordinaria sólo es posible cuando despiertas tu energía interior y conectas con tu poder.
Yo soy sólo una de muchas mujeres como tú
Una mujer que ha avanzado por la vida con sus heridas abiertas.
Reaccionando ante los demás y ante la vida sin cabeza, por impulsos y sin entender lo que me sucedía, ni lo que necesitaba de verdad.
Anhelando respuestas, anhelando amor, cariño y comprensión, anhelando llenar el vacío que sentía…
Y durante mucho tiempo viví sin metas, sin rumbo, sin valores, devorando una experiencia tras otra, un aprendizaje tras otro, para no tener que parar. Aunque no era consciente de ello, yo sólo me divertía y vivía la vida, o eso creía yo. Mientras me vaciaba cada vez más y más.
Sentía culpa, rabia, frustración pero apaciguaba esas emociones con una copa, una fiesta, un hombre…
No me sentía querida porque era incapaz de quererme a mí misma; aunque estaba rodeada de gente y de experiencias, me sentía sola y desconectada…por dentro tenía la sensación de estar engañado a todo el mundo. Y me decía: «si me conocieran, nadie me querría»
Por todo lo que vivía cada vez me iba desconectando más de mi cuerpo y de mis emociones y me volví tan mental que a veces mis pensamientos me hacían llegar a la extenuación.
Conecta con tu energía sutil…
YO CREO:
Que todos nos merecemos una segunda, tercera o cuarta oportunidad y que las vida es un regalo.
NO ME GUSTa:
No me gustan las mentiras porque impide que tengamos relaciones auténticas entre nosotros.
ME PUEDES ENCONTAR:
Cocinando, leyendo, estudiando, comiéndome a besos a mi hijo, meditando, bailando…
rituales de mañana
Dar un beso y un abrazo a mi hijo, tomar mi super batido matutino que me encanta y saboreo como si fuera el primero que he tomado en mi vida y pasear siempre que puedo…
Traté de encajar y buscar la perfección hasta que ya no pude más.
La vida me hizo parar cuando fui madre y después me separé. Fue la experiencia más dura y a la vez más auténtica, profunda y transformadora de mi vida.
Me tuve que enfrentar a mis peores miedos y ya no podía huir (como hacía antes) porque tenía un hijo. Un hijo que me necesitaba y para el que yo quería ser «una buena madre».
Durante este tiempo me miré al «espejo» y vi (o creí ver) toda la fealdad que había en mí…pero se me olvidó mirarme con compasión y con amor. Y sólo me miré con juicio y desprecio.
Traté de expiar mis pecados encajando en lo que se esperaba de mí como persona, como madre: mi ex, la sociedad, la vida.
Y aunque me sentía mejor persona, la chispa que antes tenía se estaba apagando poco a poco. Mi vitalidad, mi energía, todo estaba muriendo porque esa persona que trataba de ser uno era yo.
Empecé a jugar sin darme cuenta un juego de máscaras y cada vez callaba más y me escondía más. La rebelde que fui en el pasado pasó a ser sumisa y obediente ( o eso intentaba) y me escondía para no meter la pata, para no cometer errores, para ser buena, para encajar…
El estrés, la soledad y la tristeza me consumían…
Paradójicamente me sentía mejor persona que nunca pero a la vez estaba sumida en una profunda depresión y desesperación porque, además de tratar de ser quien no era, encima no encajaba.
Durante estos años me tomé la vida demasiado en serio, tratando de borrar a la Paloma que había sido. Se me olvidó jugar, se me olvidó que tenía permiso para ser imperfecta, se me olvidó reír…
Y viví sin alma…sólo avanzaba para sobrevivir pero no vivía.
Y, mientras tanto, por dentro, gritaba silenciosamente, sufriendo, pero nadie notaba nada porque había aprendido a mostrarme fuerte, capaz…enfriando mi corazón cada vez más.
Y además el sentimiento de culpa que me invadía cada vez era mayor por no ser capaz de ser quien se suponía debía ser.
Por fin había aprendido a estar sola pero ya no sabía salir de mi cueva.
Y seguía sin saber quién era yo, ni lo que necesitaba.
Poco a poco decidí comenzar a cuidarme…
Gracias a un momento de inflexión en mi vida y a que mi salud se estaba resintiendo (dolores articulares, problemas para dormir, ansiedad…), comencé a cuidarme: comencé durmiendo las horas que necesitaba, haciendo ejercicio, comiendo sano, meditando…y, lo más importante, me permití soñar de nuevo.
Y fue así como encontré lo que comenzó a cambiar mi vida: EL COACHING. Y fue así como tomé una de las decisiones más importantes de mi vida: formarme en coaching.
Gracias a mi formación en coaching, por fin comencé a entender lo que llevaba tanto tiempo queriendo entender y adquirí las herramientas que necesitaba para comenzar a llevar una vida saludable y equilibrada en todos los sentidos.
Una vida en la que me tratara con amor, respeto y compasión.
Al principio las resistencias seguían ahí. Cuando llevas toda tu vida tratándote de una forma, el cambio no sucede de la noche a la mañana. Pero poco a poco lo fui interiorizando e integrando todo y fueron cambiando cosas dentro de mí que jamás pensé que pudieran cambiar.
Sin embargo, esto fue solo el primer paso…la conexión plena con mi energía y mi poder interior llegaría de la mano de las vías energéticas y ancestrales que exploré después.
Esto terminó de romper las rigideces que aún me acompañaban, me dio un foco y una claridad con los que ni había podido soñar, me trajo paz, seguridad, fuerza…
Y todo este viaje de la Mujer Heroína que me ha traído hasta aquí, me gustaría compartirlo contigo y que tú también lo vivieras.
El coaching cambió mi vida para siempre
El coaching no solo me ayudó a entender lo que yo ya veía sino que descubrí cosas de mí que ni yo misma sabía:
Descubrí que me había enfriado tanto que ya no sabía como mostrarme vulnerable y me protegía de los demás constantemente, lo que impedía que conectara con la gente.
Descubrí que me había hecho tan dura que se me había olvidado de cómo pedir ayuda o cariño.
Descubrí que a lo largo de mi vida me había forzado a hacer cosas perjudiciales para mí por no saber escuchar a mis emociones y atender mis necesidades, no mis deseos.
Descubrí que me había faltado al respeto tantas veces que tenía la autoestima por los suelos.
Tenía que comenzar un proceso de redescubrirme a mí misma y ver quién quería ser a partir de ese momento…y el coaching y el resto de disciplinas en las que me formé, me ofrecían, por fin, las herramientas y el camino para hacerlo.
Sin embargo, lo que me devolvió definitivamente a la vida fue la conexión con mi energía y mi poder…
Y me prometí a mí misma que ayudaría a otras mujeres a lograr lo mismo que logré yo y encontrasen el equilibrio y el bienestar en su vida que yo había logrado.
Mi sueño es que las mujeres como tú reconectéis con vuestra energía y vuestro poder interior y os despertéis sintiéndoos poderosas.
Y que os sintáis capaces de crear una vida vibrante y pasional. Una por la que realmente estéis emocionadas de levantaros de la cama por la mañana y que realmente os haga sentir que todo merece la pena.
Porque la vida es mágica y es una pena que nuestros bloqueos y nuestro sufrimiento nos impidan verlo…
Si yo pude, tú también puedes.
¿Y por si quieres saber más?
Mi pasado como modelo
Durante varios años mi vida consistía en viajar por el mundo, hacerme fotos, ir a desfiles y asistir a fiestas…
No podemos juzgar por el envoltorio sin saber las batallas que se están lidiando dentro.
Eva Arguiñano
«Una novedad muy interesante»
Diario Vasco
Pronto… mi Podcast
Y cada día sigo trabajando duro para seguir formándome y para seguir creando cosas que os puedan ayudar a andar vuestro propio camino…